Cuando Thorkil Sonne creó la Specialist People Foundation en Dinamarca en 2004, se propuso demostrarle al mundo que las personas con TEA (Trastornos del Espectro del Autismo) pueden entrar al mercado laboral por la puerta grande.
Estas personas son extraordinariamente buenas en tareas que exigen capacidad de análisis, diligencia, y tolerancia cero a los errores. De hecho, Francesc Sistach, que fundó la delegación española en 2013 (Specialisterne), nos explica cómo los trabajadores con autismo de su compañía desempeñan labores de tratamiento de datos y de desarrollo de pruebas de software, con un nivel de exactitud muy superior al de la competencia.
– ¿Qué habilidades especiales tienen las personas con autismo que se puedan aprovechar en el mercado laboral?
Como dice nuestro lema, tienen lo que resumimos como pasión por los detalles. Muchas de estas personas tienen una gran capacidad de concentración, mucha tenacidad cumpliendo tareas que exigen mucha minuciosidad y mucha repetición. Tienen competencias muy desarrolladas a nivel visual -pueden ver muchos detalles visuales, incluso detalles sonoros-, son personas muy honestas y sinceras de una forma muy directa y muy imparcial, y esto las hace especialmente buenas para las tareas que requieran esa atención concreta.
– ¿De qué tareas se trata?
Principalmente trabajamos en dos áreas. Una es todo lo que sería tratamiento de datos, documentos e imágenes. Digitalizar documentos, archivarlos, clasificarlos, o grabar datos informáticos a partir de papel, pulir bases de datos de contactos, etc. La otra gran área en la que trabajamos es hacer pruebas de software. Cualquier software antes de entregarlo, idealmente habría que probar su funcionamiento. Eso exige multitud de pruebas de forma sistemática, fijándose en que todo lo que aparece en pantalla es lo que va a salir. Ahí toda esa capacidad visual, esa tenacidad y constancia, aportan un gran valor.
– En vuestra cartera de clientes hay firmas tan conocidas como SAP, Hewlett Packard, Microsoft… ¿Las pequeñas y medianas empresas también pueden acceder a vuestros servicios?
Sí. El cliente más pequeño que tenemos en España es una empresa de menos de 10 trabajadores, que está desarrollando un nuevo software, y que necesitaba a alguien que estuviera todo el día dedicado a probarlo. Tenemos muy grandes clientes, pero también pequeños. Empresas de cualquier sector, pero que ya tienen un tamaño, y que ya manejan un volumen de datos importante. Hay un estudio hecho en Dinamarca, que dice que el 3% de las tareas que se desarrollan en las empresas podrían ser susceptibles de ser realizadas por personas con autismo.
– ¿Por qué la sociedad no ha valorado lo suficiente hasta ahora las capacidades de las personas autistas?
Había un desconocimiento, y un centrarse mucho en lo que estas personas no pueden hacer. Cuando aspiras a un trabajo, tú explicas lo que sabes hacer bien, no aquello en lo que tienes dificultades. Pues dejemos de hablar de las personas con autismo y Asperger centrándonos en términos de dificultades de comunicación, lo cuál es cierto, pero pongamos en valor también aquello en lo que sobresalen. Pueden hacer trabajos en los que no es que más o menos se equiparen a una persona cualquiera, sino que superan las capacidades de otras personas.
– ¿Qué supone para vuestros trabajadores su inclusión en el mercado laboral?
Para muchos de ellos es la primera oportunidad. Tenemos personas de casi 20 años, 25, 35, algunos incluso de 40 y bastantes años, y nos han dicho: “finalmente he encontrado un sitio donde encajo, donde se está poniendo en valor de lo que soy capaz”. La mayoría de ellos no han trabajado nunca, o han trabajado y no lo han pasado muy bien porque no han acabado de encajar… con lo cual es un poco la alegría de decir “ya tengo un sitio donde encajo, y aquí puedo aprender y mejorar”. Tal vez el día de mañana ya no necesiten de Specialisterne, pero habrán pasado por una fase que les habrá ayudado a ganar confianza.
– ¿Realmente es sostenible un proyecto solidario y de inclusión laboral como el vuestro?
<
p style=»text-align: justify;»>Sí, todo se puede sostener. Specialisterne España es un poco la réplica de un modelo que nace en Dinamarca. Cuando Thorkil Sonne crea el modelo en 2004, dice: “yo no quiero lucrarme, pero sí quiero intentar conseguir que la empresa sea sostenible económicamente sin donaciones ni subvenciones, porque el mejor mensaje que puedo mandar a la sociedad es que una empresa que no tiene ninguna ayuda especial, contratando a estas personas puede tirar adelante”. Lo consiguió, luego creó la fundación, vendió la empresa a la fundación por una corona danesa, y dijo: “ahora sí quiero donaciones y ayuda para poder tirar hacia delante”. Y en cada país Specialisterne se ha configurado de una manera diferente. No estamos en contra del ánimo de lucro. Sí es cierto que el inversor social que ha puesto dinero para empezar Specialisterne en España no quiere dividendos, lo que quiere es maximizar el carácter social, pero a la vez se quiere una empresa gestionada de una forma totalmente profesional, y que sea rentable no para repartir dividendos, sino para abrir más delegaciones en más sitios y aumentar el impacto.
Es muy de alabar poder encontrarse que el ingenio sirve para rentabilizar y potenciar las capacidades de las personas, más que para explotarlas y extraerles su producción como si fueran elementos de una maquinaria y no sujetos. En este caso se ve que detrás de estas ideas innovadoras hay una intención de reconocer la particularidad y singular idiosincrasia de las personas, restituyéndoles su capacidad como sujetos activos en el tejido social, insertándolos en un mundo de relaciones humanas y no despersonalizándolos al servicio de la lógica de coste-beneficio. Estas iniciativas merecen tener éxito y la consideración de que el progreso va por este camino, más que en función de medidas cuantitativas de índices económicos monetarios, de PIB, o similares.
Iniciativas de esta originalidad y calidad le devuelven a uno la esperanza en un futuro mejor.
Muchas gracias, Ricardo, por tu comentario. Afortunadamente, en el mundo del emprendimiento cada vez hay más ejemplos de iniciativas solidarias rentables y humanizadas.